Desde sus inicios, la electricidad ha sido un motor de cambio en la industria de la construcción. La introducción de iluminación artificial a finales del siglo XIX permitió extender las jornadas laborales en obra, mientras que la llegada de herramientas eléctricas a principios del siglo XX transformó la manera en que se ejecutaban tareas rutinarias, mejorando la precisión y reduciendo los tiempos de trabajo.

El impacto de la electrificación se consolidó con la industrialización de la construcción. En la década de 1950, las grúas eléctricas y los sistemas de izaje promovieron el levantamiento de grandes estructuras, facilitando la edificación de rascacielos y proyectos de infraestructura de alta complejidad. A su vez, los sistemas eléctricos de climatización y ventilación elevaron los estándares de habitabilidad en los edificios.

Hoy, la electricidad optimiza la productividad y apoya los procesos sustentables en el sector. La maquinaria eléctrica está reduciendo la huella de carbono en las obras, disminuyendo la contaminación acústica y mejorando las condiciones laborales. La digitalización, impulsada por la integración de BIM y la realidad extendida, permite un uso más eficiente de los recursos, optimizando la planificación y ejecución de proyectos.

El siguiente gran paso en esta evolución es la transición hacia fuentes renovables y la electrificación total de los equipos de construcción. La mejora en la capacidad de almacenamiento energético y el desarrollo de tecnologías más eficientes están allanando el camino hacia edificaciones más sostenibles y procesos constructivos más limpios.

En CIPYCS , estamos atentos a estas tendencias, explorando soluciones que combinan digitalización, industrialización y sostenibilidad para transformar la industria de la construcción.